miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Sabemos escuchar?

"La naturaleza le ha dado al hombre una sola lengua y dos oídos para que pueda escuchar el doble de lo que habla"
Epícteto


Ante los problemas ajenos, los seres humanos tenemos tendencia a aconsejar. Cuando una persona de nuestro entorno se encuentra ante un obstáculo, solemos tratar de orientarla, diciéndole qué debería hacer -según nuestro punto de vista- para solventar esa situación. "No deberías perdonar una infidelidad, es algo que no se puede superar", "lo mejor que puedes hacer si no te llevas bien con tu familia es marcharte de casa", "confía en mí, lo más efectivo para adelgazar es la dieta de la alcachofa"…


Todas las cosas son ya dichas; pero como nadie escucha, hay que volver a empezar siempre André Gide


Damos todo tipo de consejos porque creemos saber lo que el otro necesita. Y en demasiadas ocasiones brindamos esa información a personas que no nos la han pedido. Es algo que hacemos por costumbre. Desde que tenemos uso de razón, nuestros padres, madres, amigos y conocidos nos han aconsejado no sólo cómo vestir sino también qué camino profesional tomar. Y lo mismo sucede en la intimidad de nuestras relaciones de pareja, que suelen generar una fuente inagotable de consejos. Sin embargo, su eficacia es prácticamente nula.


Del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento. Proverbio italiano


Al fin y al cabo, los consejos que damos son un reflejo de nuestras creencias, de nuestro condicionamiento y de nuestras experiencias. De este modo, nos proyectamos con la necesidad -inconsciente- de que la realidad de la otra persona se adapte a lo que nosotros consideramos que sería mejor. Así, en demasiadas ocasiones aconsejamos de forma reactiva e impulsiva, lo que pone de manifiesto que no estamos prestando verdadera atención a nuestro interlocutor. Frente a esta situación surge una pregunta incómoda: en nuestras relaciones con los demás, ¿realmente escuchamos?Desde pequeños vamos al colegio para aprender a hablar y a escribir, pero nadie nos enseña a escuchar.


Algunos oyen con las orejas, algunos con el estómago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto. Khalil Gibran


Generalmente, casi por inercia, pasamos nuestros días limitándonos a oír. Y canalizamos nuestra necesidad de sociabilizarnos desarrollando distintos tipos de escucha. Así, solemos practicar la "escucha egocéntrica", que consiste en utilizar lo que nos está contando el otro para dar la vuelta a la conversación y desahogarnos explicando nuestros propios "dramas". O ejercemos la "escucha a traición", que nos lleva a juzgar, culpabilizar, minimizar e incluso reírnos de aquello que está contando nuestro interlocutor. Probablemente, la que más utilizamos es la denominada "escucha de buenas intenciones", que consiste en compadecer y tratar de convencer a nuestro interlocutor mediante consejos, intentando imponerle nuestro punto de vista. Sin embargo, con esta actitud no logramos mejorar su situación. Este resultado es fruto de la mala comunicación y nuestra falta de atención hacia el otro.


Cambiar esta tóxica inercia está en nuestra mano y pasa por comprometernos con nosotros mismos y nuestras relaciones, trabajando nuestra capacidad de escuchar activamente.



Irene Orce

2 comentarios:

  1. Esta muy bien la reflexión y es muy cierta. Son cosas que hacemos a menudo.
    Habría que ver el otro lado también, el lado de quien te cuenta un problema, ¿por qué te lo cuenta y qué espera que haga el interlocutor? Es difícil saber eso.
    Recuerdo una escena de la película La Edad del Hielo, el mamut y el tigre diente de sable son amigos, son dos solterones y los últimos ejemplares de sus respectivas especies, están tristes, pero los hombres no contamos esas cosas, no podemos reconocer ante otro hombre nuestros debilidades. Manfred, el mamut ha encontrado compañera, y Diego, el diente de sable, sigue solo. Eso hará que sus vidas se separen desde ahí, los dos saben que están tristes por eso, pero no lo dicen porque no tiene solución, simplemente se miran y se dan una palmada en la espalda.
    Los hombres contamos un problema cuando necesitamos una ayuda concreta, sino no. Las mujeres necesitan que las escuchen. Es difícil entender eso para nosotros, somos criaturas mas simples.
    Lo explica muy bien en este video.

    http://www.youtube.com/watch?v=T4otCSwP384


    Saludos.

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  2. Excelente aporte!. Ese video ilustra muy bien la manera de comunicarnos entre hombres y mujeres y ayuda a entendernos mejor.
    Muchas gracias!!!
    Cariños!

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