viernes, 27 de noviembre de 2009

Salir de los Moldes

Este sencillo test demuestra cuanto nos cuesta encontrar un nuevo enfoque cuando creemos conocer las respuestas...

El espía medieval

Un espía debía entrar a un castillo para poder investigar los planes del enemigo, pero al llegar descubrió que las puertas del castillo se abrían sólo si se daba la contraseña correcta. Se escondió entre unos matorrales y se quedó observando... Llegó un soldado a las puertas del castillo, el vigía de la torre le dijo: ¡dieciocho! a lo que el soldado contestó: ¡nueve!.... y abrieron las puertas. Al poco rato llegó otro soldado, el vigía le dijo: ¡catorce! el soldado respondió: ¡siete! y nuevamente se abrieron las puertas... A los pocos minutos, llegó un soldado más y el vigía le dijo: ¡ocho! el tercer soldado le respondió: ¡cuatro!...Como en todas las ocasiones anteriores se abrieron de nuevo las puertas. El espía, que había estado observando, pensó que ya estaba seguro de la respuesta que tendría que dar como contraseña por lo que no espero más, se acercó a la puerta, el vigía le dijo: ¡seis! a lo que el espía contesto: ¡tres!... El vigía, al escuchar esa respuesta cogió un arco y lo mató... El vigía se quedó pensando y dijo para sí: Si este espía hubiese respondido ¡Cuatro! habría entrado a nuestro castillo.

Pregunta: ¿Cuál, entonces, era la clave para encontrar la contraseña de ingreso al castillo?
Solución El espía pensó erróneamente que la clave que utilizaban los soldados para entrar era decir el número que daba el vigía dividido por dos. En realidad la clave era el número de letras de la palabra que pronunciaba el vigía. En este caso la clave que debería haber dicho el espía para entrar era precisamente "cuatro" ya que es el número de letras de la palabra "seis" que pronunció el vigía.

Desconozco el autor

Este test muestra claramente el pensamiento lineal con el que convivimos diariamente, y esto se debe a que la mente generaliza. La mente procesa constantemente datos y les pone rótulos (o hace juicios) para que nuevamente no tenga que empezar de cero cuando tiene que enfrentar la misma situación.
Esto tiene su parte positiva y su parte negativa, por ejemplo: cuando aprendemos a manejar, las primeras veces estamos pendientes de los movimientos de los pedales, del volante, del cambio que tenemos que poner, de todo lo que nos pasa alrededor, y cuando ya practicamos muchas veces los movimientos comienzan a ser mas naturales y se incorporan a nuestra vida diaria, de modo que ya no tenemos que pensar en hacer los cambios en como mover los pedales para que el auto no salga a los saltos, etc. Pero su parte negativa, tiene que ver con las relaciones interpersonales, ya que empleamos la misma metodología cuando conocemos a otras personas, con solo dos o tres cualidades que observamos de la otra persona, agregamos todo otro montón de virtudes o defectos la otra persona puede tenerlos, como puede que no… luego, cuando conocemos mejor a la otra persona, y la vamos descubriendo su comportamiento en diferentes situaciones, nos descilucionamos por que esa persona no se “adapta” al concepto que nosotros generamos en nuestra cabeza, y les decimos que “han cambiado”, por supuesto, la otra persona no entiende de lo que estamos hablando, porque en ningún momento dejó de ser quien es.
O peor aun, muchas veces, hemos vivido alguna situación desagradable con alguna persona, y viene alguien que se parece físicamente, o tiene la misma manera de hablar y en nuestro cuerpo se empiezan a activar alarmas recordando las situaciones desagradables y nos alejamos sin darle la oportunidad de conocerla.
creo que cada uno de nosotros, o por lo menos a mi me sucede, podemos tener determinadas conductas, pero creo que la persona con la que estamos interactuando determina la conducta a tomar en esa interacción; por ejemplo, algo que me sucede es que generalmente soy una persona sociable y me gusta conversar con las personas, y soy calida, pero cuando encuentro a una persona que sus charlas son una queja constante suelo comportarme de una manera fría, y distante.
Espero que les haya servido el texto y que traten de sacar las etiquetas que les han puesto a sus compañeros de trabajo, a su compañero en la vida, a sus hijos, padres, y se atrevan a explorarlos, y descubrir “nuevas” virtudes, que quizás, nunca las habían notado antes y que siempre estuvieron allí.

Cariños

María Emilia
Cambia tu forma de ver las cosas y cambiarán las cosas que ves. Wayne W. Dyer.

2 comentarios:

  1. EXCELENTE TEXTO!!!!!!!GRACIAS!GENERALMENTE ROTULAMOS AL OTRO CON CARACTERISTIMAS QUE NOS SON
    PROPIAS, HAY QUE OBSERVARSE CONSTANTEMENTE Y APRENDER QUE SOMOS YOES QUE INTERACTUAMOS CONTINUAMENTE Y ANTE LA PRIMERA OPORTUNIDAD EMERGEN!!!!!!POR LO TANTO EL ESTAR VIGILANTES DE SI MISMOS NOS HACE DEJAR DE JUZGAR AL OTRO Y ENTENDER QUIENES SOMOS, YA QUE ESTAMOS CONTINUAMENTE EN PILOTO AUTOMATICO!!!!!!!BESOS.LILY

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  2. Hermoso escrito María, como siempre tratando de de ayudar a reflexionar respecto a cosas que no son tan comunes en el diario vivir. Ayer decía: Hoy la sociedad convive con el el fantásma del miedo y la idea del poder. ciertamente, hasta los padres que le permitieron a esos chicos el uso de la moto tenían algún miedo. Ej. que sufran los chicos una negación....y a partír de ahí, mucho habría para explicar. los agentes, usaron el poder, el cual, provocó los hechos conocidos, ahora ellos tiene miedo...y la argentina que tiene muchos trozos por juntar, que yacen rotos aún, vive con miedo y sin reflexionar, hace uso de un poder, que otorga una democracia, que anda todavía en sillas de ruedas. ¡Será muy dificíl recomponer esta Sociedad, pero mientras haya personas como vos, quizás, el horizonte no parezca tan lejano. ¡Besos!!!

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